Tras varios años impartiendo cursos de RCP, aprendí algo sencillo pero que, curiosamente, he podido comprobar curso tras curso es muy desconocido por la población general e incluso por el personal sanitario.
«El 112 no es el «ciento doce» sino el uno, uno, dos»
Sí. Y es que ese número no fue elegido al azar. Los niños pequeños, con tan sólo 3 años, son capaces de reconocer el «uno, uno, dos» pero no tienen ni la más remota idea de cuál es el «ciento doce». Desafortunadamente, lo habitual hasta ahora es oir hablar del «ciento doce» tanto en la calle como en los medios de comunicación.
Olvidemos así expresiones como «¡¡Llame al ciento doce!!» y empecemos todos a hablar con propiedad «¡¡Llame al uno, uno, dos!!».
Así aumentaremos las posibilidades de que los sistemas de emergencia sean alertados.
El 112 no es un juego. Debemos enseñar a los niños y a quienes los cuidan cómo usar adecuadamente el «uno, uno, dos». Y qué mejor forma de enseñarlo que llamar las cosas por su nombre.
Personalmente, tuve la oportunidad de enseñar SVB (soporte vital básico) a los profesores del colegio de mi hija mayor cuando tenía sólo 3 años. Les trasladé por supuesto esta información. Cuál sería mi sorpresa cuando, 2 meses más tarde, mi hija Clara llega a casa del colegio y me dice: «Papi, hoy hemos aprendido a pedir ayuda. Mira.» – cogió el teléfono e hizo como que marcaba – «Uno, uno, dos. Necesitamos ayuda».