«Un amago de Infarto»
El «amago de» aunque puede aplicarse a múltiples patologías si tiene un clásico es el «amago de infarto». Cumple perfectamente los criterios para ser catalogado como «Ocurrencia médica».
¿De dónde viene (entiendo) esta expresión?
Cuando se utiliza en contexto sanitario el término «amago de» se trata de definir algo que estuvo cerca de ser, que pareció que era… pero que finalmente no fué.
Un ejemplo: Paciente que llega a urgencias con un fuerte dolor en el pecho, con dificultad para respirar y nerviosismo. Es pasado rápidamente a la consulta «por si es una angina de pecho o un infarto». Finalmente, tras una entrevista detallada, una exploración y en algunos casos alguna prueba (electrocardiograma…) se concluye que era una crisis de ansiedad.
¿Qué ha sido?: Una crisis de ansiedad.
¿Cómo es a veces recordado en un futuro por el paciente?: Un amago de infarto.
¿Cuál es la parte perversa de esta expresión?
El paciente (y el sanitario que en un futuro hable con él y le pregunte por sus antecedentes!), puede tener la sensación de que él padece de corazón («una vez tuvo un amago…) cuando realmente no es así.
¡¡Cuidado!!: A veces, el paciente usa el amago con un significado diferente, como algo incompleto. Por seguir con el ejemplo, a la angina de pecho le llama amago de infarto.
Evitemos el uso de términos que puedan llevar a confusión. Llamemos a las cosas por su nombre.
Hablemos claro a los pacientes. Se «pierde» más tiempo, pero se «gana» mucho más.
Si no las viste antes: Ocurrencias médicas (vol 1) y Ocurrencias médicas (vol 2)